Camino a Guadalajara .- Nancy Vallejo |
Suele encuadrarse en los años 1903-1910. Su nombre viene del apelativo francés “fauve” (fiera), dado por un crítico en la primera exposición que realizaron en París, ante la extrema violencia del color de los cuadros. Se trata de un movimiento exclusivo de la pintura, ya que se basa en la exaltación suprema del color, que adquiere una fuerza visual tremenda. Para los fauvistas, el ingrediente esencial del cuadro es el color, es lo que define a la pintura, por lo que llegan a independizarlo del objeto.
El color lo aplican siempre puro, sin mezclar, llegando en ocasiones a pasarlo directamente del tubo al lienzo. La luz desaparece de los cuadros, por lo que tampoco hay sombras, lo mismo que la profundidad, con lo que así las composiciones tienden al plano único, como ya había planteado Gauguin, que es el más claro precedente del movimiento.
El máximo representante del movimiento es Henri Matisse, aunque tuvo muchos seguidores, como Derain, Valminck, Rouault, Dufy, etc.
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